Bien, después de aprender a explicar un cuento hay otro factor importantísimo en referencia a estos. ¿Cómo seleccionarlos? Hay una serie de pautas a tener en cuenta que a continuación os paso a enumerar:
1. Contar con la opinión del niño: Es interesante tener en cuenta sus gustos y sus intereses. Cada tipo de cuento es adecuado para una edad, pero debe primar el interés personal del niño. A veces, cuentos dirigidos a más mayores, les llaman la atención y los disfrutan igual. No debemos ser rígidos en este aspecto.
2. Calidad literaria: Para poder seleccionar material de calidad se debe leer mucho y muy variado. Poco a poco se crea el espíritu crítico, catalogando las lecturas en adecuadas y no adecuadas. No todo lo que se publica es de calidad ni se adapta a las necesidades que nosotros perseguimos. Por eso es importante empaparse de toda la literatura posible para ir comprobando personalmente qué textos son adecuados y cumplen con unos mínimos para poder presentárselos a nuestros alumnos o hijos sin problemas. Debemos fijarnos en el vocabulario utilizado, las estructuras narrativas, la coherencia en el escrito y en la consonancia de las ilustraciones con la historia.
3. Adecuación a la edad lectora/receptora del niño: Los cuentos suelen catalogarse por estilos y por edades. Normalmente suelen estar bien catalogados pero no siempre el receptor se adecua a esos baremos. Es decir, hay cuentos dirigidos a niños de 3 a 6 años que fascinan a uno de 9 y viceversa. Cada niño tiene un ritmo y una capacidad cognitiva que no siempre está relacionada con su edad cronológica. Un niño de 4 años puede tener una edad receptora de 8, entendiendo conceptos que para su edad no suele ser lo habitual. Esto es algo que en un aula hace difícil la elección ya que se debe disponer de un gran abanico de títulos sin limitarse mucho a la edad marcada por lo antes mencionado. Aun así, el mejor juez siempre es el niño. Se puede hacer una primera selección y en función de como responden a esta ir incluyendo títulos adecuados a las peticiones de los más pequeños. No debemos cerrarnos nunca a probar y experimentar con la literatura. Los niños nos sorprenden cada día.
4. Valores y propósitos: Otro punto a tener en cuenta a la hora de escoger títulos literarios para nuestros pequeños es fijarnos en qué valores queremos trabajar o qué propósitos perseguimos. A veces necesitamos trabajar valores como la empatía, la solidaridad, la amistad o la frustración y necesitamos material que nos ayuden a hacerlos más comprensibles para ellos. De igual manera nos encontramos con los casos de situaciones concretas que solemos vivir con los niños y en los que precisamos una ayuda extra para superarlos. Temas como el control de esfínteres, las comidas, el sueño o las rabietas suelen despertar en los papis la imperiosa necesidad de buscar cuentos que, de una forma dulce, divertida y clarificadora, nos ayuden a sobrellevar de la mejor manera posible estas etapas cruciales en la vida de nuestros peques.
5. Ilustraciones: Por último no nos podemos olvidar de algo tan importante para un cuento. Las ilustraciones acompañan a la historia y la hacen más atractiva, llamativa y comprensible para los más peques. Como pasa con los libros y los cuentos en general no siempre las ilustraciones serán de calidad, por eso debemos analizarlas para escoger aquellas que creamos que tienen calidad y se adecuan a nuestros objetivos. Debemos fijarnos en la relación que guardan con el texto, si complementan o complican el entendimiento de la historia, si son adecuados para la edad a la que dirigimos ese cuento y si en conjunto enriquecen o sobran a la hora de explicarlo. El refuerzo visual es un gran aliado para captar la atención de los más pequeños a la hora de explicar un cuento o de visualizarlo ellos por su cuenta. Una imagen vale más que mil palabras, se suele decir, por lo tanto es importante fijarse en este aspecto a la hora de escoger.
Y vosotros, ¿A qué le dais importancia a la hora de escoger un cuento?
1. Contar con la opinión del niño: Es interesante tener en cuenta sus gustos y sus intereses. Cada tipo de cuento es adecuado para una edad, pero debe primar el interés personal del niño. A veces, cuentos dirigidos a más mayores, les llaman la atención y los disfrutan igual. No debemos ser rígidos en este aspecto.
2. Calidad literaria: Para poder seleccionar material de calidad se debe leer mucho y muy variado. Poco a poco se crea el espíritu crítico, catalogando las lecturas en adecuadas y no adecuadas. No todo lo que se publica es de calidad ni se adapta a las necesidades que nosotros perseguimos. Por eso es importante empaparse de toda la literatura posible para ir comprobando personalmente qué textos son adecuados y cumplen con unos mínimos para poder presentárselos a nuestros alumnos o hijos sin problemas. Debemos fijarnos en el vocabulario utilizado, las estructuras narrativas, la coherencia en el escrito y en la consonancia de las ilustraciones con la historia.
3. Adecuación a la edad lectora/receptora del niño: Los cuentos suelen catalogarse por estilos y por edades. Normalmente suelen estar bien catalogados pero no siempre el receptor se adecua a esos baremos. Es decir, hay cuentos dirigidos a niños de 3 a 6 años que fascinan a uno de 9 y viceversa. Cada niño tiene un ritmo y una capacidad cognitiva que no siempre está relacionada con su edad cronológica. Un niño de 4 años puede tener una edad receptora de 8, entendiendo conceptos que para su edad no suele ser lo habitual. Esto es algo que en un aula hace difícil la elección ya que se debe disponer de un gran abanico de títulos sin limitarse mucho a la edad marcada por lo antes mencionado. Aun así, el mejor juez siempre es el niño. Se puede hacer una primera selección y en función de como responden a esta ir incluyendo títulos adecuados a las peticiones de los más pequeños. No debemos cerrarnos nunca a probar y experimentar con la literatura. Los niños nos sorprenden cada día.
4. Valores y propósitos: Otro punto a tener en cuenta a la hora de escoger títulos literarios para nuestros pequeños es fijarnos en qué valores queremos trabajar o qué propósitos perseguimos. A veces necesitamos trabajar valores como la empatía, la solidaridad, la amistad o la frustración y necesitamos material que nos ayuden a hacerlos más comprensibles para ellos. De igual manera nos encontramos con los casos de situaciones concretas que solemos vivir con los niños y en los que precisamos una ayuda extra para superarlos. Temas como el control de esfínteres, las comidas, el sueño o las rabietas suelen despertar en los papis la imperiosa necesidad de buscar cuentos que, de una forma dulce, divertida y clarificadora, nos ayuden a sobrellevar de la mejor manera posible estas etapas cruciales en la vida de nuestros peques.
5. Ilustraciones: Por último no nos podemos olvidar de algo tan importante para un cuento. Las ilustraciones acompañan a la historia y la hacen más atractiva, llamativa y comprensible para los más peques. Como pasa con los libros y los cuentos en general no siempre las ilustraciones serán de calidad, por eso debemos analizarlas para escoger aquellas que creamos que tienen calidad y se adecuan a nuestros objetivos. Debemos fijarnos en la relación que guardan con el texto, si complementan o complican el entendimiento de la historia, si son adecuados para la edad a la que dirigimos ese cuento y si en conjunto enriquecen o sobran a la hora de explicarlo. El refuerzo visual es un gran aliado para captar la atención de los más pequeños a la hora de explicar un cuento o de visualizarlo ellos por su cuenta. Una imagen vale más que mil palabras, se suele decir, por lo tanto es importante fijarse en este aspecto a la hora de escoger.
Y vosotros, ¿A qué le dais importancia a la hora de escoger un cuento?